Antilogía de la ausencia

Antilogía de la ausencia

Antilogía de la Ausencia

2015/2018

«Fotos» en griego quiere decir luz, «grafía», escritura. El fotógrafo es el cronista de ese escurridizo fenómeno que es la luz: la misteriosa onda que no está localizada, sino que se extiende por el espacio.

 

Los físicos plantean problemas a la hora de definir la Luz. ¿Qué es la luz? ¿Haces de partículas subatómicas o una onda? Según dicen, ambas cosas.

 

¿Se puede ser sin estar?

¿Se puede estar sin ser?

 

¿Se puede estar en dos lugares a la vez?… La física cuántica nos aturde con sus incomprensibles y paradójicos principios de incertidumbre e indeterminación que retan la lógica a la que estábamos acostumbrados.

 

El artista, ajeno a tan complicadas teorías, se deja llevar por el misterioso poder de su intuición, e inconscientemente expresa las mismas paradojas a las que llega la ciencia, acercándonos al secreto de las superposiciones cuánticas. Pues el artista es una especie de inocente médium. Su obra es como un cristal donde se refleja la luz de todas las ideas dispersas por el espacio.

 

La fotografía hace posible la presencia de la ausencia. Gracias a esta técnica contemplamos extasiados la mirada del lejano bisabuelo mientras posa solemne con sus mejores galas.

 

La fotografía captura la luz fugaz de las presencias.

 

El fotógrafo escribe con tinta de luz crónicas y a veces poemas sobre la Realidad que el ojo captó o quiso captar. El instante fugaz queda atrapado en su escrito.

 

Capturador de ondas y también capturador de los haces de partículas de los ausentes que quizás subyacen en el melancólico paisaje en el que alguna vez estuvieron presentes, y en el que de alguna forma siguen estando.

 

Pepo Argilaguet ha querido retratar las ausencias que palpitan en la soledad de las imágenes de la luz apresada.

 

 

Maravilla Sáez

Ceramista escultora

Serie 1: “Regreso a Ausencia”. 2015

 

De aire y de tierra, de verde y de azul.

Matices incoloros, recuerdos sin olor.

 

Vuelvo a pisar los lugares

a los que les regalé mi risa,

reposo mi cuerpo callado

buscando las siluetas

que solo aparecen en mi maltrecho pasado.

 

Hay astillas con tus huellas

y una forma que lleva tu nombre.

El lugar es un cuadro que aparenta ser el mismo

pero huele a sombras y en el cielo me desubico.

 

Vuelvo a pisar los lugares en los que me sentí vivo,

pero la ausencia ocupa todos los espacios en los que no estás.

Serie 2: “Presencias confusas”. 2018

Formas disconformes.

Siluetas prefabricadas.

Conglomerados,

sustituimos la respiración por plástico superficial.

El miedo al espacio vacío,

mutado por articulaciones estáticas.

Si no te transmite, no sientes.

Si no es real, no te duele.

Si no existe, no hay pérdida.

 

Preferimos la sonrisa inerte,

infinita a la realidad efímera.

Serie 3: “El ritmo de la desidia“. 2018

Por cada hilo dorado acariciado

hay una nota desafinada.

 

Toca ansiosa el tiempo que nunca cesa

y los recuerdos que siempre la atrapan.

 

Cree poder escapar de cada paso,

desaparecer en su propia sombra,

arrancarse de su imagen terrenal.

 

Pero el reflejo nunca miente,

siempre reaparece, y nos hace

prisioneros de una existencia que aborrecemos.

Serie 4: “Transparencias“. 2018

Blanco sobre negro.

Negro sobre blanco.

Sombras subyacentes

de cuerpos deshabitados.

 

Soy movimientos circulares,

golpes de presión sobre el suelo,

espasmos aórticos

y el aire acunando la frente.

 

Soy desierto de sensaciones,

pisadas sin camino

y la estela de un recorrido

que no era mi destino.

Serie 5: “Cuando el día muere“. 2018

Descubro tu piel color marfil

y busco angustiada

la respiración en tu cuerpo.

Se detienen los pulsos que hasta ahora,

acompasados, nos guiaban.

 

Me queman las venas,

el cuerpo,

la pena,

y el grito atravesado directo de mis entrañas

que se retuerce sabiéndote perdida.

 

Era cuerpo creando vida

y ahora soy alma desvanecida.

Se pierden las razones para seguir palpitando

cuando ves morir lo creado.

Serie 6: “La huida”

Me reitero en mis movimientos.

Son círculos concéntricos de dolor e ira.

Los huesos de mis piernas se astillan

pero mis pies no descansan.

Freno.

Ahogo un grito y la piel,

que parecen escamas,

arañan el rercuerdo que mantengo aún en mis poros.

 

Soy una sombra.

Soy un destello.

Soy un reflejo borroso.

Soy un cometa sin punto de partida ni meta a la que llegar,

sólo con la certeza de querer escapar.

 

 

Los textos de las series son de

Ariadna Carrascull

Fotógrafa y escritora

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