Elements

Elements

2006/2016

(…) y en el interior del bosque reinaba el silencio

como en una alma humana feliz (…).

El paseo. Robert Walser

Elements, el trabajo que nos presenta el fotógrafo Pepo Argilaguet, nos invita a detenernos en el tiempo. Nos incita a recrearnos, por unos instantes, en la contemplación de sus imágenes desnudas, claras, sencillas. Cielo. Mar. Arrecifes. Aire. Arena. Niebla. Nubes. Viento. Paisajes desolados, oníricos. Espacios vacíos como silencios.

Si en algunas imágenes los elementos naturales quedan bien definidos, en otras desaparecen los límites, se difuminan las fronteras, mediante la fusión y confusión de los elementos naturales: Mar / Cielo, Niebla / Ondas, Ondas / Nubes, Nubes / Arena. Esta conjunción de los elementos renueva nuestra mirada que se pierde en el horizonte de las imágenes. Transgrediendo la realidad, transformando lo real por irreal, ilusorio. Esta sensación de irrealidad queda reforzada por la ausencia de color, por el formato cuadrado de las fotografías, por el uso de la larga exposición.

Las imágenes de elementos tienen un no sé qué de evanescencia, vaporosidad. Sinuosamente una imagen nos lleva a la otra como una eterna cadencia.

Sus fotografías son como caricias, alivian el ánimo del espectador y lo llevan a un estado de paz, sincronía y mimetismo con la naturaleza. Son imágenes poéticas de nuestro entorno natural. Nos invitan a una reflexión callada, íntima, personal. A un viaje introspectivo.

Elements nos evoca la obra de Robert Walser, reivindicando el silencio, la contemplación, la meditación, la unión con el mundo natural. Pretende deleitarnos en la contemplación de la naturaleza, pausadamente, saboreando el movimiento lento de la naturaleza, dejándonos llevar por su fluir, olvidándonos de nosotros mismos para, finalmente, diluirnos y fusionarnos en el paisaje.

Carme Palos
Lectora insaciable

Me resulta difícil explicar la conexión que se produce entre la escena y mi interior cuando fotografío estos paisajes abiertos. Libres. Necesito transmitir que los pocos elementos que conforman la composición de las fotografías respiren. En silencio. Una mudez sólo rota por el zumbido del viento que se desliza entre los juncos, entre los árboles, que acaricia la arena. Un silencio roto por el oleaje del mar.

Quizás el origen de todo ello son los andares por la playa, por las montañas. Sentir la libertad que me producen estos lugares. La robustez de un árbol en medio de un prado. La cálida desnudez de un mar en calma. La libertad de una nube blanca. La fuerza del viento. El aroma de la brisa.

Ellos y yo. La naturaleza y yo. Los elementos y yo. Y como todo se fusiona. Ellos conmigo. Yo con ellos. Una fusión que intento describir con la utilización de la técnica «slow shutter». Cielo, mar, arena, nubes, horizontes; elementos que se funden conmigo. Una simbiosis entre el paisaje y el fotógrafo. Un vínculo entre el lugar y mi inquietud por capturar ese entorno.

Seguramente, la reflexión que me lleva a buscar la libertad hace que, de una manera consciente, utilice el llamado espacio negativo al tiempo de componer mis fotografías. Sin embargo, vital para transferir esta sensación de libre albedrío, de ligereza esencial. De armonía. Como las fotografías minimalistas del fotógrafo iraní Hossein Zare.

Camino, miro y siento. La cámara son mis ojos. La composición mi interior. La captura de mi instante anímico.

La cámara soy yo. Camino y veo algo: un espacio, el mar, el cielo, un árbol, la arena, un objeto natural o hecho por el hombre. Noto el viento, la brisa … Y cada uno de estos elementos me produce una sensación agradable, placentera. Un sentimiento. Y lo quiero fotografiar para que forme parte de mí y no quede en el olvido. Lo que fotografío quiero que se quede en mi recuerdo.

Retrato lo que me provoque una sensación, una emoción, un sentimiento, una historia que contar. Poesía.

Las fotografías son mi historia, mi poesía particular. Y una imagen me traslada a otra. Atando historias y a veces no.

Busco un trabajo intimista, introspectivo. Un diario íntimo.

Surge del yo interior. Un trabajo sincero.

Pepo Argilaguet