QUIETUD GLOBAL

QUIETUD GLOBAL

Proyecto participativo en el festival Internacional de Fotografía SCAN Tarragona.

 

I

Una fotografía o un poema corto tienen algo en común: creen una única imagen central. Quizás hay cierto contexto que lo enmarca, pero todo está pensado para encaminar la mirada a captar la escena de una sola vez. En proyectos más amplios, como este que presentamos, el espectador tiene que seguir el relato frase a frase, poema a poema, imagen a imagen. Hace falta que todo ello acabe yendo a parar a algún lugar; se tiene que conformar una cosa coherente, que vaya más allá de las diferentes partes. No obstante, «este esfuerzo para construir un todo no tiene que quedar forzado ni tiene que ser demasiado evidente», pues perseguimos un carácter más espectral que nos haga entornar un instante los ojos para intentar obtener una visión global. Una visión coherente, que dé sentido, que complete espacios vacíos o ilumine rincones oscuros, como ilustrar un texto con una imagen, -como hemos hecho en este caso-, comentar una imagen con un texto, así como añadir una lectura nueva o capas delgadas y tenues que aporten hilos que hagan progresar la telaraña la cual, imagen a imagen ―texto a texto―, se dibuja sutilmente en la sala. Todo ello con la imposibilidad de fijar, ni por un instante, como nos recordaba el poema de Wisława Szymborska, a Nubes, la realidad.

 

«Con la descripción de las nubes

debería darme mucha prisa,

en una milésima de segundo

dejan de ser ésas y empiezan a ser otras».

 

 

II

 

Pero, «como decía Derrida, todo poema corre el riesgo de carecer de sentido y no sería nada sin ese riesgo. Y más que la muerte el que nos produce miedo es, como decía Eliot, el terrible momento de no tener nada en qué pensar. Nada en qué pensar, nada que hablar ni nada a sentir: solo un terrible y bello piensanervios».

Todo poema, toda fotografía —toda obra de arte— tiene que asumir un riesgo, en el sentido de abrir un espacio desconocido. Es como iniciar un viaje lleno de esperanza, constatando que hay detalles en aquello más próximo que nos resultan nuevos y exóticos y descubrimos que el mundo no es en absoluto aquello que nos habían prometido ni lo que nos habíamos imaginado. Este descubrimiento lo hacemos solos, y nos mantenemos solos y aislados.

 

La ciudad desarrolla posibilidades de encuentro, pero mientras buscamos sentido a nuestras vidas, cada vez nos sentimos más aislados y solos, y más rara es la posibilidad de encontrar una relación intensa. Una preocupación que muchas administraciones públicas se han hecho suyas, «si bien se trata de un asunto humano inmemorial, en los tiempos actuales, marcados por un hiperconsumismo globalizado, la soledad ha llegado a escalas sin precedentes en la historia cultural, siendo objeto de las reflexiones de pensadores esenciales de los siglos XX y XXI. Gilles Lipovetsky  considera que «en todas partes encontramos la soledad, el vacío, la dificultad de sentir, de ser transportado fuera de sí: por eso la fuga hacia delante en las “experiencias” que no hace más que traducir esta búsqueda de una “experiencia” emocional fuerte», mientras nos rodeamos de dispositivos electrónicos que nos mantienen hiperconectados, en hogares que ofrecen una aparente autosuficiencia electrónica ante una «comunidad sin proximidad física ni emocional que convierte la sociedad en un desierto lleno de gente».

 

III

El trompetista de jazz Chet Baker publicó en 1959 «Alone Together» (Riverside Records), con la colaboración del pianista Bill Evans. Seis minutos y cincuenta y tres segundos de música que recrea una atmósfera lenta, encalmada, que invita en fijarse en detalles que pasan desapercibidos. La voz de Baker nos golpea suavemente mientras nos sumergimos en una atmósfera tediosa que nos resulta familiar. Soledad y alienación, un trabajo poco satisfactorio, rutina vacía y la televisión como forma de huir de la realidad. En la oscuridad de la noche, llega un tenue rayo de luz, con la frase «Stick with me and we’ll be alone together» (Quédate conmigo y estaremos solos juntos) con la poderosa idea de recibir consuelo si encontramos a alguien que comparta los mismos sentimientos de soledad y desesperanza:

«Through the window, the night’s so still

And if you listen you can hear

That lonesome whippoorwill»

 

(A través de la ventana, la noche está tan quieta / y si escuchas puedes oir / aquel solitario búho).

 

La vida está allí, en las calles, en la naturaleza, en los trenes, lejos de la biblioteca, lejos de la sala de estar. Walt Whitman abandonó un congreso de astronomía para salir a la calle, en plena noche, y contemplar las estrellas. Quizás ahora Whitman apagaría el smartphone y exploraría la ciudad.

 

 

IV

Roberta Boscolo, de la Organización Meteorológica Mundial de l’ONU (WMO), afirma que «la explicación de las anomalías de la velocidad del viento apunta al fenómeno denominado quietud global y está relacionado con el calentamiento inducido por el cambio climático en los polos», nos quisiéramos acoger en esta exposición a la teoría del caos y el efecto mariposa, presentando fotografías urbanas que, juntamente con textos poéticos, evocan ciudades y las personas que las habitan; casas, lugares, donde la quietud global es manifiesta de manera emocional: todo va demasiado rápido, o quizás demasiado lento.

 

 

Màrius Domingo

Ingeniero, comisario y crítico de arte.

 

Todas la fotografías: © Pepo Argilaguet

Todos los textos:  © Màrius Domingo

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